Hola, hablemos de imprimaciones.
A la hora de pintar una pared o cualquier otra superficie,
el proceso previo de su preparación es muy importante si se quiere obtener
buenos resultados. Además de la limpieza para retirar restos de polvo y otras
sustancias, es muy importante estudiar la naturaleza de la superfície para ver
si es necesario aplicar una capa de imprimación.
La imprimación es un recubrimiento previo que se aplica
sobre la superficie que se va a pintar para prepararla para el proceso
posterior.
A continuación, explico las funciones de las imprimaciones:
- Sirven de Base. Se trata de un producto similar a la pintura pero que no otorga un acabado final, sino que solo la protege y ejerce de soporte para una mejor adhesión de la pintura, esa es la ventaja más conocida de las imprimaciones, sirve de puente de unión entre materiales, permite que la pintura se adhiera y que se desprenda.
- Regularizan la superficie. Es habitual, especialmente cuando pintamos paredes, que nos encontremos con que debemos cubrir distintos materiales. Por ejemplo, una pared de yeso en la que la pintura antigua ha saltado aquí y allá y en la que, además, hemos reparado una grieta con Aguaplast Standard. En este caso, la pintura que hayamos escogido deberá cubrir tres materiales: yeso, pintura y plaste. Dado que cada material tiene una composición distinta y, por lo tanto, una capacidad de absorción diferente, si no imprimamos la superficie previamente nos encontraremos con que la pintura puede adoptar distintos tonos y absorciones dependiendo del material sobre el que haya sido aplicada.Aplicando la imprimación correcta antes de pintar, se conseguirá regularizar la superficie. Es decir, que la imprimación igualará la capacidad de absorción de toda la pared, evitando la disparidad de tonos.
- Sellan los poros. Una imprimación bien escogida en función del material sobre el que se vaya a aplicar tiene la capacidad de sellar los poros superficiales. De esta forma se consigue reducir considerablemente la capacidad de absorción del material, con lo cual evitamos que la pared absorba la pintura. Es decir, que, si imprimamos la superficie antes de pintarla, estaremos ahorrando mucho dinero y energías.
- Consolidan la superficie. Una de las ventajas de las imprimaciones es que, antes de endurecerse, penetran en los materiales sobre los que se aplican. Esta capacidad de penetración varía mucho en función del tipo de imprimación, pero, en cualquier caso, siempre se consigue el mismo efecto en mayor o menor medida: el de consolidar y endurecer la superficie.
- Protegen los materiales. Al hacerlas menos permeables, las imprimaciones también sirven para proteger las superficies. Por eso son especialmente importantes en el caso de materiales que vayan a estar sometidos a la intemperie o que puedan tener problemas de corrosión, como por ejemplo metales y maderas.
En conclusión, más que ser algo recomendable, una buena
imprimación es algo fundamental si queremos un buen acabado y, sobre todo, un
resultado duradero. Ahora que ya conoces sus ventajas, sólo te queda escoger la
imprimación adecuada.
Prácticamente todas las superficies necesitan una capa de
imprimación, aunque hay una serie de materiales que la requieren especialmente:
- La madera.
- Los metales como el acero o el aluminio.
- El hormigón y el yeso.
- Los azulejos cerámicos.
- El PVC.
En cada una de estas superficies la imprimación tendrá un
papel diferente.
- Sobre la madera tiene una función selladora que ayuda a que la pintura se adhiera mejor.
- Sobre el metal previene la oxidación y la corrosión.
- Sobre superficies de hormigón o yeso que se encuentran tanto en el exterior como en el interior, ayuda a prevenir las humedades, y la aparición de manchas tipo moho o de otro tipo.
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